martes, 27 de diciembre de 2011

El hombre que silbaba.

Esa mañana el aire vienés nublaba las ventanillas del tren y, mientras la gente iba a trabajar, ajena a todo, un asesino silbaba su alegre tonada. Compró un billete. Intercambió los corteses saludos de rigor con sus compañeros de viaje y el revisor. Incluso cedió su asiento a una ancianita e inició una educada conversación con un apostador que hablaba de caballos americanos. A fin de cuentas, al hombre que silbaba le encantaba hablar. Hablaba con la gente y acababa ganándose su simpatía y confianza. Hablaba con ellos mientras los asesinaba, mientras los torturaba y martirizaba con su cuchillo. Sólo silbaba cuando no tenía con quien hablar, por eso también lo hacía después de cometer sus crímenes…
-Entonces, ¿dice que el siete ganará en las carreras?
-Sin duda.-El apostador sonrió de oreja a oreja. Ya se había ganado su confianza-. ¡Aparecerá a sus espaldas y se los llevará a todos por delante!-gritó. Haciéndose oír por encima del traqueteo del tren.
-Si usted lo dice… -El hombre que silbaba sonrió, preguntándose cuánto tardarían en encontrar el cuerpo del inspector en ese BMW recién comprado.

lunes, 19 de diciembre de 2011

sábado, 17 de diciembre de 2011

Teatralmente improvisando.

No sé si será porque este fin de semana es el anterior a Navidad, porque la semana que viene ya tenemos vacaciones o cualquier otra cosa, pero estos días me parecen especiales. Yo no soy ese tipo de personas que sienten el espíritu navideño, pero me gustan estas fechas porque tengo más tiempo libre y porque cuando quedo, hago cosas más originales. Hoy, por ejemplo, he hecho un teatrillo con unos amigos, ¡ha estado genial! A mí me tocó ser la niña pequeña repelente, yo no lo elegí. ¿Por qué? Cuando te metes con los del año 1995 (siendo tú del 1994) diciendo que ese año que os diferencia lo notas en su madurez y son bastantes más que tú... Digamos que lo acabas pagando. Hoy me han visto disfrazada y no han podido resistirse a llamarme "inmadura" e "infantil" refiriéndose a la broma que les gasté.
Sin duda, empezar el día así, es genial. ¡Buen fin de semana a todos! No seais excesivamente malos.


lunes, 12 de diciembre de 2011

¿De manera que el amor es un engaño?

"-Y usted, don Andrés, que es un sabio, que ha encontrado esas teorías sobre el amor, ¿qué es eso del amor?
-¿El amor?
-Sí.

-Pues el amor, y le voy a parecer a usted un pedante, es la confluencia del instinto fetichista y del instinto sexual.
-No comprendo.
-Ahora viene la explicación. El instinto sexual empuja el hombre a la mujer y la mujer al hombre, indistintamente; pero el hombre que tiene un poder de fantasear, dice: esa mujer, y la mujer dice: ese hombre. Aquí empieza el instinto fetichista; sobre un cuerpo de la persona elegida porque sí, se forja otro más hermoso y se le adorna y se le embellece, y se convence uno de que el ídolo forjado por la imaginación es la misma verdad. Un hombre que ama a una mujer la ve en su interior deformada, y la mujer que quiere al hombre le pasa lo mismo, lo deforma. A través de una nube brillante y falsa, se ven los amantes el uno al otro, y en la oscuridad ríe el antiguo diablo, que no es más que la especie.
-¡La especie! ¿Y qué tiene que ver ahí la especie?
- El instinto de la especie es la voluntad de tener hijos, de tener una descendencia. La principal idea de la mujer es el hijo. La mujer, instintivamente, quiere primero al hijo; pero la naturaleza necesita vestir ese deseo con otra forma más poética, más sugestiva, y crea esas mentiras, esos velos que constituyen el amor.
-¿De manera que el amor en el fondo es un engaño?
-Sí; es un engaño como la misma vida; por eso alguno ha dicho, con razón: una mujer es tan buena como otra y a veces más; lo mismo se puede decir del hombre: un hombre es tan bueno como otro y a veces más."

Es del libro "Árbol de la ciencia" de Pío Baroja, no lo recomiendo a no ser que os guste indagar en la mente de un adolescente inconformista que cambia de pensamiento cada dos líneas y en una sociedad que te da ganas de empezar a golpear a peluches indefensos. No lo digo en broma. Lo he puesto para comentar la curiosidad que me trae la forma de ver el amor por distintas personas. Yo, por ejemplo, no estoy de acuerdo con este personaje (Andrés Hurtado) aunque no difiero en lo idealista que es, un poco de imaginación (o toneladas) sí que tienen los amantes. Si a alguien le choca el hecho de que sólo hable de parejas heterosexuales, diré que es una obra publicada a principios del siglo XX y la historia transcurre a finales del siglo XIX, como comprenderéis, en aquella época aquello aun era algo recatado. La verdad es que me cuesta encontrarme con gente que tenga la misma opinión respecto al amor que yo, aunque supongo que es complicado que dos personas coincidan en todo en un tema determinado. Como dije en su momento, para mi la definición actual del amor es demasiado extravagante, demasiado exagerado, es un sentimiento al que se le da una importancia enfermiza (por no hablar de lo comercial que es, claro).

Una sorpresa para muchos, supongo.

Cuando no sepas qué decir, di: dfjhskjghlkjgha.
Mi "hasta pronto" en youtube.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Mi palabra viste de rojo carmesí.

"Nos regimos por un par de patrones. Todos nos dejamos guiar por una multitud confundida que no tiene ni idea de lo que piensa. “Él o ella lo hace así que yo también”. ¿Por qué no? ¿Acaso no es mucho más fácil no preguntarse el por qué y simplemente dejarse llevar? (...)"
 
Click en la imagen para seguir leyendo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Me repugna el amor. Así de claro.

Sobrevalorado. Así está el amor. La sociedad tiñe el amor con el halo del trastorno obsesivo-compulsivo, con una necesidad que desgarra y quema. Mentira, la sinceridad ante todo. Eso de depender de una persona, de que tu vida esté compuesta solo por ella, lo inventó el cine y los amantes suicidas con tendencia a hacer estupideces. El amor no trata de una gran utilización de posesivos ni de unos celos frustrantes, no trata de saber qué hace el otro en todo momento, de llorar su ausencia o de querer abrirse las venas en canal cuando te piden un tiempo. Somos humanos, cometemos tonterías, hasta ahí lo entiendo pero, ¿tantas? ¿Qué nos ha pasado? Hubo un momento que el amor se mostró difuso y lo exageraron hasta un punto inimaginable, lo convirtieron en algo comercial: los regalos de disputa, de aniversario, de San Valentín… Los grandes empresarios han transformado el sentimiento del amor en lo que ellos han querido. Por eso me da asco.