martes, 23 de agosto de 2011

Si no somos nadie, a nadie va a encontrar.

Ponte el moño apretao, sirena, que se joda el viento, rompe las horquillas de espuma y déjame que te remache sonrisas de hierro, de ésas que disipan las brumas.Y sé que entre los males nos lloverán cristales: Yo iré descalzo y tú desnuda, al son del amor del ronco tambor que toque la luna.
Vamos a trepar a la copa de este sol de enero y a hacer un nido en su ramaje, y allí reírnos viendo como a cada minutero se lo devora el oleaje. Que cuando entre mis brazos resuenen cañonazos. Yo iré perdido entre tus dunas dejándolo todo, quemando los tronos donde reinen dudas.
Y báñate en mis ojos, que se joda el mar que quiera mecerte a su antojo. Si no somos nadie a nadie va a encontrar. Y si a las heridas quiere echarles sal, sólo va a encontrarse cerrojos y las cicatrices de la soledad.
Coge resina para untarnos poco a poco el cuerpo, por si vuelve la ventolera, y mientras tanto entre los huecos que nos deje el tiempo, deja volar tu cabellera. Que si a nuestra locura vuelven nubes oscuras, nos cogerán frente con frente y codo con codo, cada vez más solos, rodeados de gente.
Y báñate en mis ojos, que se joda el mar que quiera mecerte a su antojo. Si no somos nadie a nadie va a encontrar. Y si a las heridas quiere echarles sal, sólo va a encontrarse cerrojos y las cicatrices de la soledad.

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