jueves, 8 de septiembre de 2011

Me comen las pulgas.

Rompo las aceras en cada traspiés. ¿Qué haces? Ya ves, me siento tan bien cuando no me ves hacer mi función. Calcando mi piel en trozos de papel, contar las baldosas de mi habitación. Cruzan mi semblante en alguna ocasión. Ganas de abrazarme a la sinrazón si tó' lo que miro me dice que no. ¿Qué es de tu vida? Me alegro de verte, solo como nunca, solo como siempre. Despellejo un corazón, en las zarzas de mi voz y me mata el mismo sol que a ti te alumbra. Y me comen las pulgas, y dibujo con mis manos, en la mañana temprano, tus ojitos en el techo. Y se rompen los cristales en mi pecho, y pienso en los dos al compás de la tos. Tan mal no lo he hecho, ¡me voy a cagar en dios! Tú lo sabes bien, ¿qué le voy a hacer si no me hacen caso mis pies? Solo queda contentarse con los restos. Comerse los huevos por todos aquellos que beben a morro de ti, de tus besos. Morirse un poquito con tanto silencio, cerrar las cortinas, buscar otro aliento. Despellejo un corazón, en las zarzas de mi voz y me mata el mismo sol que a ti te alumbra. Y me comen las pulgas, y dibujo con mis manos, en la mañana temprano, tus ojitos en el techo. ¡Por lo bien que lo hemos...!

No hay comentarios:

Publicar un comentario