martes, 6 de septiembre de 2011

De película.

El número 33 de mi lista de 101 cosas que hacer antes de morir en Madrid es tomar algo en la terraza del Urban. Con motivo de que el año pasado Xana y yo fuimos al bar, decidimos volver (es caro, pero una vez al año, no hace daño). Subimos a la terraza y nos topamos con un cartel que decía: Piscina y terraza uso exclusivo de residentes. Así que decidimos ir, sino, al bar, ya nos las arreglaríamos otro día para estar en la terraza. Nos tomamos ambas un Florida, y antes de acabar, el camarero se nos acercó con la carta para decirnos que el señor de la barra nos invitaba a un segundo cocktail. No voy a mentir, me dio un poco de apuro, no por el dinero, porque se le notaba que le sobraba, sino porque me sentía incómoda en esa situación. Tras pedir, pasamos otro buen rato sentadas en ese cómodo y plateado sofá. Al terminar nos acercamos a la barra a pagar nuestra primera consumición, y el hombre nos indicó que nos volvía a invitar a una tercera. Al final no accedimos. Y él nos pagó toda la cuenta. Pasamos una tarde en el Urban y gratuitamente. Como dijo Xana: Pensaba que esto solo pasaba en las películas.

Más tarde estuvimos en la calle Alcalá, Sol, Callao, Gran Vía (donde estaba el preestreno de El Barco), para acabar en Plaza de España haciéndonos algunas fotografías.

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